¿COMÓ ENSEÑAR A TU MASCOTA HACER
SUS NECESIDADES EN EL TAPETE ENTRENADOR?

 

Un cachorro no puede salir a pasear de manera regular antes de recibir sus primeras vacunas, por lo que una de las principales preocupaciones cuando el perrito llega a casa consiste en enseñarle a hacer sus necesidades en un lugar específico asignado para el y, de esta forma, evitar tener que ir limpiando heces y orines continuamente. Con esta finalidad, podemos emplear papel de periódico o pasto artificial, aunque lo más habitual es comprar tapete entrenador para cachorros, que absorben la orina y neutralizan los olores.

Educar al cachorro para que utilice el tapete entrenador es una tarea sencilla, pero requiere paciencia por nuestra parte, ya que el perrito puede tardar un tiempo en aprenderlo y esto es algo completamente normal teniendo en cuenta su corta edad.    

                                                    

Identifica las zonas de la casa en las que el cachorro suele orinar

Una vez que el cachorro empiece a adaptarse y a conocer su nuevo hogar, nos daremos cuenta de que siempre tiende a hacer sus necesidades en unas zonas más o menos concretas de la casa. Esto no es casualidad, los perritos escogen los lugares donde se sienten más cómodos para defecar u orinar, generalmente zonas alejadas del lugar donde comen y donde duermen, y los convierten en su “baño” particular.

Lo primero que debemos hacer es identificar estos lugares y colocar tapetes entrenadores en todos ellos. Luego, con el tiempo, podemos ir reduciendo el número de tapetes entrenadores y dejar solamente uno mientras enseñamos al perro a hacer sus necesidades en la calle, pero al principio es mejor tener varios, pues esto agilizará el aprendizaje.

¿Qué hacer si el cachorro rompe los tapetes entrenadores?

Aunque no suele ser lo más habitual, es posible que el perro rompa los tapetes entrenadores a modo de juego. En estos casos, es importante ofrecerle alternativas positivas, como juguetes adecuados a su edad, justo en el momento en que empieza a romperlos, de esta manera comprenderá, poco a poco, que es ese juguete el que puede morder.

Establece rutinas y observa su lenguaje

 Mantener unas rutinas diarias más o menos estables ayudará a tu perrito a adaptarse más fácilmente al hogar, pues las rutinas aportan predictibilidad al ambiente. Fijar unos horarios de comida, juego o descanso pueden ayudarte a averiguar cuándo el cachorro va a tener más ganas de hacer sus necesidades y anticiparte a este momento, conduciéndolo hacia la zona donde tiene colocados los tapetes entrenadores.

Algunas señales que también te pueden ayudar a predecir cuándo tu perrito va a sentir la necesidad de orinar o de defecar son las siguientes:

 

  • Acaba de despertar de una larga siesta.
  • Han pasado unos 20 minutos desde su última comida.
  • Acaba de tener una sesión de juego intensa.
  • Se muestra inquieto y camina rápido por la casa.
  • Comienza a dar vueltas sobre sí mismo olfateando el suelo.

En estos momentos o cuando observes alguno de estos comportamientos, es momento de redirigir al cachorro hacia la zona del tapete entrenador y mantenerlo cerca hasta que finalmente haga sus necesidades. No importa si al principio se equivoca y las hace justo fuera del empapador, lo importante es ir enseñándole a dónde debe dirigirse cuando tenga ganas de orinar o defecar. Poco a poco puliremos el ejercicio y le enseñaremos a no salirse del tapete entrenador.

Retira los tapetes entrenadores poco a poco

Cuando hayamos enseñado al cachorro a hacer sus necesidades en los tapetes entrenadores y acuda siempre a ellos, podemos comenzar a retirar algunos. Esto suele empezar a hacerse en el momento en que el cachorro comienza a salir a la calle para, de esta forma, iniciar un entrenamiento de transición y empezar a hacerlo en la calle.Durante un tiempo, el cachorro hará sus necesidades en la calle, pero continuará utilizando el tapete entrenador que le hayamos dejado en casa. Cuando la tendencia a hacer sus cosas durante el paseo sea mayor que a hacerlas en casa, retiraremos ya por completo todos los tapetes entrenadores y únicamente reforzaremos la conducta de orinar y defecar en la calle.

Debemos tener muy presente que el hecho de que el perrito empiece a pasear no quiere decir que automáticamente vaya a dejar de hacerse sus cosas en casa, pues aunque haya aprendido a hacerlo en la calle, de forma ocasional todavía se le puede escapar algo en el hogar y esto será así aproximadamente hasta los siete u ocho meses de edad, cuando ya tenga control absoluto sobre sus esfínteres y sea capaz de aguantar varias horas sin ir al baño.

Por último, remarcar que aunque un cachorro todavía no tenga todas sus vacunas y, por tanto, no pueda salir a pasear con regularidad, es muy importante sacarlo a la calle en brazos o dentro de alguna mochila o transportadora. Esto es así porque resulta imprescindible que durante la etapa de socialización el perrito vaya habituándose a los ruidos y estímulos que encontrará una vez comience a salir a la calle. De no hacerlo, puede desarrollar fobias y problemas de comportamiento importantes.

 

Este artículo es meramente informativo, en Discampestre.com no tenemos facultad para recetar tratamientos veterinarios ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a que lleves a tu mascota al veterinario en el caso de que presente cualquier tipo de condición o malestar

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